lunes, 10 de mayo de 2021

FIDELIDAD EN LA OBRA MISIÓNERA

No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea desacreditado. Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en conocimiento, en tolerancia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero; en palabra de verdad, en poder de Dios y con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero llenos de vida; como castigados, pero no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo.
2 Corintios 6:3‭-‬10

“Por cuatro años”, dice el doctor W. R. Hotchkiss, “he vivido solo en el Africa.
Treinta veces he sido atacado por las fiebres, tres veces atacado por leones y varias veces por rinocerontes; no pocas veces los nativos me han tendido emboscadas y por cuatro meses no he visto una pieza de pan, teniendo que limitarme a comer todas las cosas, desde hormigas hasta rinocerontes; pero permítanme que les diga que con todo gusto pasaría otra vez por todas estas experiencias, a cambio del gozo de llevar la palabra Salvador y hacerla brillar en la obscuridad que envuelve a alguna otra de las tribus del Africa Central.” — W. S. Ament.





sábado, 23 de mayo de 2020

Vuélvete a Dios 🔥

Vuélvete a Dios

Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado

(Lucas 15:32).

Reflexión: De todas las parábolas que Jesús relató, la que personifica el hijo pródigo tal vez sea la única que exprese el amor del padre por su hijo rebelde. En Lucas 15:11-32 Jesús narra la historia de un padre que tenía dos hijos, y cuando el menor llegó a la mayoría de edad le pidió que le diera su parte de la herencia. El padre le otorga lo que le pidió y pronto su hijo se va para otro lugar, donde malgasta su riqueza con una forma de vida aparatosa y haciendo toda clase de gastos innecesarios, luego de haber desperdiciado todo su dinero, difícilmente logra sobrevivir con un empleo en el que cuidaba cerdos. Hambriento y sin dinero, él empieza a tomar conciencia y decide volver donde su padre y pedirle perdón por su conducta errada, y para su sorpresa y el enojo de su hermano mayor, su padre le da la bienvenida con una gran celebración.

Jesús usó este relato para enseñarnos del amor que nuestro Padre tiene por cada uno de nosotros, y si bien todos hemos sido pecadores, como lo fue el hijo pródigo, es alentador y estimulante que Dios esté dispuesto a aceptarnos de regreso, perdonándonos los errores que hemos cometido. Hoy es necesario que comprendas que tienes un Padre Celestial que desea y se alegra enormemente, cuando cada uno de nosotros se arrepiente de sus pecados y nos volvemos a Él con la mejor de las actitudes, no tengas miedo de no recibir el perdón, Dios es capaz de comprendernos porque nos entiende mejor que nosotros mismos, como se aprecia en Hebreos 4:15-16 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

Paz y Gracia 

miércoles, 6 de mayo de 2020

No digas “no puedo” porque Dios te capacita.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

(Filipenses 4:13).

Reflexión: ¿Has pensado alguna vez que no estás a la altura de la tarea que Dios te ha encomendado? En ocasiones todos batallamos con esos sentimientos, y muchas veces el problema radica cuando usamos la incompetencia como un escudo para protegernos de hacer el trabajo que se nos ha encargado, en algunos casos tratamos de convencernos de que la tarea es demasiado complicada, o de que nunca podremos estar a la altura de las expectativas de Dios y por eso no lo intentamos. Cuando actuamos así, lo más probable es que nos alejemos de las grandes oportunidades que el Señor nos da, y desaprovechamos lo que podría ser una de sus sorprendentes bendiciones para nosotros. El sentimiento de incompetencia que a menudo adoptamos para todas las actividades que nos toca emprender surge del temor, del miedo a fracasar y a no satisfacer las expectativas de las personas. Hoy es necesario que entiendas que sin importar lo poco calificado que te puedas sentir, el temor no es una excusa aceptable para evitar la responsabilidad. La realidad es que, aunque un cristiano no se sienta competente para cumplir algunas de las actividades que Dios nos asigna, sentimiento que es más frecuente de lo que piensas entre nosotros, el Espíritu Santo que está en ti es más que competente. Como creyentes no debemos tener cualificaciones o habilidades perfectas; solo tenemos que estar dispuestos. El apóstol Pablo en una de sus cartas dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13), pero ¿podemos en realidad hacer todo? El poder que recibimos en nuestra unión con Cristo es suficiente para enfrentar los desafíos, y las encomiendas que surgen al comprometernos en realizarla, Él nos concede las habilidades necesarias para lograr cualquier cosa que podamos imaginar, por esto, antes de decir que no puedes llevar a cabo alguna tarea, recuerda que Dios te capacita para que puedas lograr todas las cosas que te propongas, solo tienes que hacer uso de sus inigualables promesas.
Paz y Gracia 

Desafio Peniel

Desafio Peniel
Santa Cruz Bolivia

Datos personales

Mi foto
Loco por Jesucristo y por su Reino.