2011 AÑO DE ABUNDANCIA DE DIOS
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
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viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
Ser cristiano es seguir a Cristo por amor. Es Jesús que nos pregunta si lo amamos, nosotros que respondemos que sí, El que nos invita a seguirlo. («Simón Pedro, ¿me amas?... Sí, Señor... Entonces sígueme...» (Jn 21). Eso es todo. Así de simple. Ignorantes, llenos de defectos, Jesús nos conducirá a la santidad, a condición que comencemos por amarlo y que tengamos el valor de ir en su seguimiento.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Bom dia
Porque a nossa leve e momentânea tribulação produz para nós
peso de glória, ou seja essa tribulação trará para voce a manifes-
tação da glória de Deus.(II Co 4.17)
Não abandoneis ,portanto a vossa confiança; ela
tem grande galardão com efeito, tendes necessidade de perseve
rança, para que , havendo feito a vontade de Deus, alcanceis a
promessa.
porque, ainda dentro de pouco tempo, aquele que vem virá e não
tardará;
todavia, o justo viverá pela fé;
se retroceder, nele não se compraz a minha alma.
nós porem não somos dos que retrocedem para a
perdição; somos entretanto, da fé, para a conser-
vação da alma.(Hb 10.35-39)
Não andeis anciosos de coisa alguma;
em tudo,porém sejam conhecidas,diante de Deus,
as vossas petições,pela oração e súplica, com a-
ções de graças. E a paz de Deus, que exede todo
o entendimento, guardará o vosso coração e a vos-
sa mente em Cristo Jesus. (Fp 4 .6,7)
O Senhor te abençoe e te guarde...Fique na paz de nosso Senhor Jesus
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Jesús enseña a orar a sus discípulos diciendo Padre y Reino
En medio de su actividad salvífica aparecen momentos precisos en los que Jesús nos enseña a orar. Precisamente porque no es posible resistir de manera constante a lo que se opone a la realización histórica del reino sin esta relación perenne con el Padre: “cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto” (Mt 6,6).
Estar frente a Dios es dejarse inundar de la confianza amorosa que Él nos tiene como Padre, su mirada nos ayuda a descubrir el misterio inmenso de la pequeñez de nuestra condición humana. Nuestra impotencia se convierte en la debilidad fortificada, nuestra inseguridad se vuelve certeza de poner los pies en la roca firme, sentir nuestra mirada en Dios es descubrir su mirada cariñosa y tierna que nos toca el interior con ternura y delicadeza sin tener que advertirle que El acaricia nuestras heridas, nuestras debilidades, nuestra parte vulnerable y vulnerada a sabiendas que no es necesario advertirle que tiene que cuidar de nuestras fragilidades.
La manera como se relaciona Jesús con Dios es filial: Dios es Padre. Es así como Jesús enseña a sus discípulos a orar, haciéndoles descubrir en principio la filiación con Dios en la experiencia de la oración. Esta no debe ser saturada de palabras, pues “el Padre sabe lo que necesitan” (Mt 6,7). La oración del Padre Nuestro nos manifiesta el modo que tenía Jesús para relacionarse con el Padre, con el “abba”: “Denominación de Dios no empleada ni por el A.T. ni por el judaísmo posterior, pero característica del lenguaje de Jesús”.5 Así nos enseña a orar Jesús con nuestro “Papa”, nuestro “Papito”.
El discípulo está unido a Jesús y su misión de realizar el reino pidiendo que Dios lo haga posible al decir: “venga tu reino” (Mt 6,10).
Jesús nos enseña que el momento de la oración es para pedir lo fundamental: el pan cotidiano; pedir perdón y comprometernos a perdonar (Mt 6,11-12). Cuando se ora pedimos no caer en la tentación y también que Dios nos libre del mal (Mt 6,13). Dicho brevemente, orar es pedir al Padre que su proyecto, su gran sueño se haga realidad en nuestra vida, la historia y la creación. Por esta razón, orar es vivir esa filiación con Dios que nos da y nos invita hacer posible su reino.
El Padre Nuestro es muy probable que sea una de las oraciones que se dice universalmente en la mayor parte de lenguas y que une en el sentimiento a la pluralidad de las culturas, las ideologías y las diversas opciones políticas de la humanidad. Están cifrados en la oración del Padre Nuestro, los anhelos y esperanzas que aún no están consumados en nuestra historia: la plenitud ofrecida por el Padre y que Jesús ya ha comenzado, sabiendo que es un don del Padre que se nos dará definitivamente al final de los tiempos.
La oración es una experiencia de filiación con el Padre y con Jesús a través de su Espíritu. Orar es un ejercicio de entrar en nuestro aposento para encontrarnos con Dios y pedir el Reino, lo que significa pedir que se realice su voluntad en todo lugar, en la humanidad y la creación toda entera; orar es pedir pan y comunión, es pedir el bien y que el mal que se engendra en nuestro corazón y se expande en la sociedad y la historia sea desterrado. Orar no es escaparse del mundo sino convertirlo en una ofrenda a Dios que es su principio y fundamento. Orar es pedir para recibir, buscar para hallar, tocar a la puerta para que Dios nos la abra: “Porque el que pide recibe; el que busca, halla, y al que llame a una puerta, le abrirán” (Mt 7,8).
Pedimos con confianza porque el Padre que está en los cielos da cosas buenas a los que se las pidan (Mt 7,11), sabiendo que todas ellas están ordenadas para hacer su proyecto.
La oración es imprescindible en el anuncio y la realización de la buena noticia del Reino, no es simplemente un aditivo, ni tampoco podemos suprimirla si somos discípulos de Jesús. Oramos para vivir la filiación con Jesús, con Dios, acogiendo el don del reino para que sea posible en la historia. En definitiva, la oración es para el discípulo de Jesús el agua viva que emana de la relación íntima con él para entregarnos amorosamente en la realización del proyecto del Padre.
Jesús proclama y principia el reino de Dios con curaciones, expulsión de los demonios, acogiendo a los pecadores, multiplicando los panes, revivificando muertos pero también orando. Es decir, si todo su haber y su poseer está orientado para hacer posible el reino de Dios, la oración es la fuente primaria que irradia de vitalidad su entrega al proyecto del Padre6.
Jesús ora lo que vive. Ante la impotencia de recoger los frutos del reino en la historia es necesario la colaboración de los obreros e invita a pedir por esta causa.
La oración es para pedir obreros para hacer la cosecha del Reino, porque la cosecha es grande y los obreros son pocos: “Por eso rueguen al dueño de la siembra que mande obreros para hacer la cosecha” (Mt 9,35-38).
Jesús tiene un trato cercano, espontáneo e inmediato con el Padre, a tal grado que no hay secretos para el Padre porque le revela sus sentimientos, sus pensamientos más íntimos y puede orar exclamando: “Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo te alabo porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y prudentes y las revelastes a la gente sencilla. Si, Padre, así te pareció bien” (Mt 11,25). Jesús expresa de manera clara su filiación divina con el Padre, no hay nada que viva Jesús que el Padre no lo sepa, es una relación amorosa sin límites, pero también expresa que la buena noticia del reino es para los desdichados, los que no son sabios, ni inteligentes sino los pequeños.
Orar es levantar el pan al cielo, bendecirlo, multiplicarlo y compartirlo solidariamente con aquel que no lo tiene (Mt 14,18-21). Este es un gesto de Jesús que impresionó mucho a las primeras comunidades cristianas porque lo recuerdan en todos los evangelios (Mt 14,18-21; Mc 6,34-44; Lc 9,12-17; Jn 6,1-13), no en vano el Reino se compara con un banquete.
Jesús se retira a orar, sabe cuándo tener este encuentro íntimo y filial con el Padre. Después de andar con su pueblo, proclamando la buena noticia del reino con muchos signos visibles no olvida ir a este encuentro con el Padre. Esto es evidente después de hacer la multiplicación de los panes: “Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba sólo allí” (Mt 14,22-23).
Seguramente que hablaba con el Padre de su misión, de su tarea apasionante de proclamar la llegada del reino. El encuentro con el Padre también era muy probablemente la ocasión para expresar sus grandes preocupaciones, sus frustraciones, sacar de su interior los fantasmas que le agobiaban7, dicho brevemente, cuando Jesús oraba era un momento de filiación privilegiada en el que se depositaba sin reservas en el Padre, porque lo amaba apasionadamente y vivía para hacer posible su voluntad: el reino.
3. Jesús ora teniendo los pies en Palestina y el corazón en el Padre
¿De dónde le viene tanta fuerza y vitalidad para encarnarse en su pueblo? Mucha gente le sigue de las regiones de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, también de los territorios de Tiro y de Sidón. La gente se agolpaba en torno a él porque “al ver cómo sanaba a no pocos enfermos, todas las personas que sufrían de algún mal querían tocarlo y, al final, lo estaban aplastando. Incluso los endemoniados, cuando lo veían, caían a sus pies y gritaban: ‘Té eres el Hijo de Dios’. Pero él les mandaba enérgicamente que no dijeran quién era” (Mc 3,10-12).
La proclamación del Reino de Dios se nutre y es mantenida por la relación filial con El Padre. Hay una relación de cercanía, intimidad filial que trasciende en lo que vive y lo que hace Jesús al iniciar el reino de Dios en medio de su pueblo en Palestina y en la historia. Solamente con esa intimidad con el Padre es posible hacer lo que hace. No podemos dudar que en el corazón de Jesús está el Padre y el reino.
Un hecho importante es que Jesús enseñó a orar a sus discípulos, pero hay que destacar también que éstos a su vez transmitieron a las primeras comunidades cristianas lo que Jesús les enseñó8: la relación filial con Dios a través de la oración de manera auténtica, verdadera, sin falsedad y sin jactancia (Lc 18,1ss.) y tener la apertura a lo definitivo, la salvación, la realización del reino de Dios que ha principiado con Jesús y que acaecerá cuando la exclamación “maranatha”9 se haga realidad.
Orar es pedir al Padre sálvanos:
“De aquí que la oración cristiana esté motivada por la acción salvadora definitiva de Dios y esté igualmente orientada a esta acción última de Dios; es una oración escatológica”10.
Jesús ora viviendo su filiación con Dios en la que se trasfigura (Lc 9,28). El Padre se complace escuchando al Hijo: “Este es mi Hijo, el Amado, al que miro con cariño; a él han de escuchar”. (Mt 17,5). El Padre se complace en el amor del Hijo y su fidelidad en la realización de su proyecto.
Oramos diciendo Padre y Reino encarnándonos en el mundo, pidiendo que el mundo sea transfigurado definitivamente.
La filiación con Dios nos “transfigura”, nos transforma, nos convierte. La humanidad, la creación destellan y cristalizan lo nuevo, lo bello, como un anticipo de lo que llegará a ser. Esta transfiguración es transitoria pero es preludio de nuestra transfiguración definitiva.
Una de las afirmaciones de Jesús es que Dios escucha nuestras oraciones con seguridad, sin dudar, ni poder dudar: “Así mismo, si en la tierra dos de ustedes unen sus voces para pedir cualquier cosa, estén seguros que mi Padre en los cielos se la dará” (Mt 18,19).
El Padre nos da cosas buenas y la cosa más buena que nos puede ofrecer es la creación libre de mal, de pecado y de muerte, es decir, la creación según sus sentimientos, según su proyecto.
Uno de los momentos más densos, teológicamente hablando, de la vida de Jesús es cuando el instituyó la Eucaristía; ésta es la acción de gracias más importante que él hizo porque se ofreció a sí mismo, asumiendo la misión de la redención universal expresada por Isaías en los Cánticos del “Siervo de Yahveh” (Is 42,6; 49,6; 53,12), sellando la alianza “nueva” y definitiva entre Dios y la humanidad. De esta manera concluyen las comidas de Jesús con sus discípulos, anunciando al final el banquete escatológico: “Y les digo que no volveré a beber de este producto de la uva hasta el día en que beba con ustedes vino nuevo en el Reino de mi Padre” (Mt 26,29).
La oración de Jesús es continua, Jesús ora durante todo el proceso de la predicación y la realización de la Buena Noticia del Reino. El anuncia y comienza el reino orando, viviendo esa filiación con el Padre en todo momento de su misión salvadora, aún en el preludio de su pasión y su muerte.
Jesús ora en el monte, en medio de la gente, al caminar y agradecer a Dios Padre por revelarse a los pequeños, también ora mirando desde la cruz hacia Jerusalén.
Orar es vivir esa experiencia de vaciamiento en Dios depositándose sin reservas en El y al mismo tiempo dejarnos imbuir de su presencia que es la que en definitiva nos transfigura y transfigura la realidad de acuerdo a su sueño. No podemos perder de vista la posibilidad de situarnos en esa filiación con resistencias o bien siendo reticentes, podríamos incluso renunciar a que Dios haga su obra en nuestra vida, en nuestra historia, por esta razón es importante recordar que Él no puede obrar en contra de nuestra libertad. Desde esta actitud de resistirse a la invitación de Dios, podemos afirmar que no hay ámbito de la persona, de la vida que esté al margen de la filiación con Dios, ni de su proyecto. Por esta razón es necesario situarnos en plena disposición para que Dios se haga presente en nuestra vida, nuestra existencia, nuestra sociedad, sólo así podemos acoger y realizar el don del reino.
4. Jesús ora glorificando al Padre de cara a su pasión y su muerte
Jesús se deposita radicalmente en esa relación filial con el Padre en el preludio de su pasión y su muerte, sin embargo, no podemos eludir el hecho de ver su pasión por el reino del Padre obnubilada por la cruz.
En el evangelio de Juan se expresa con gran densidad teológica esa relación de Jesús con el Padre y la obra que Él le ha encomendado al Hijo:
“Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado, sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese” (Jn 17,1b-5).
La gloria de Jesús es la gloria del Padre. Jesús nos revela el Padre, Jesús haciendo la obra de su Padre, de su proyecto ha hecho posible la mayor gloria del Padre.
Jesús nos enseña al orar su amor absoluto por lo que es fundamental para él: la filiación a Dios y pedir que “venga” su Reino; oramos como Jesús si nos adherimos en esa filiación con Dios Padre y si pedimos el reino acogiéndolo.
Jesús al orar dialoga fácilmente con el Padre sobre lo que él vive, lo que le acontece. Habla con el Padre de sus temores, del miedo radical ante la muerte, le expresa sus angustias, sus deseos mas hondos de evitar la muerte: “Padre, si es posible, aleja de mí esta copa. Sin embargo, que se cumpla no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mt 26,39). Quién sino el Padre puede consolar el corazón de afligido de Jesús cuando estaba cansado y agobiado en la misión de iniciar el reino, quién sino el Padre puede acogerlo en la persecusión, en los momentos de angustia cuando vivía los oprobios y los improperios, quien sino el Padre puede escucharlo y consolarla ante la muerte. La voluntad del Padre es que acaezca el reino, el cual se realiza a pesar del rechazo violento del Hijo condenado a morir en la cruz. La fidelidad de Jesús al Padre, a su proyecto salvífico del mal, del pecado y de la muerte trae como consecuencia su muerte injusta en la cruz.
Dios Padre es quien acompaña al Hijo hacia la cruz y no lo abandona en el momento de sentir su cuerpo flagelado, escarnecido por la injusticia, el mal y la muerte.
Jesús ora desde la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46). Jesús expresa en esta oración su angustia desgarradora que precede el último grito antes de su muerte. Sin embargo, en el momento de su muerte Jesús se deposita definitivamente en el Padre, el dijo: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu” (Lc 23,46). Después de esto expiró. No cabe duda que la pasión por el reino del Padre llevó a Jesús a su pasión en la cruz.
Desde la cruz podemos percatarnos que Dios es nuestra fuente de vida, nuestro consuelo y nuestro protector. Dios es nuestra esperanza, nuestra ansia de depositarnos sin medida y sin límites. Sólo Dios puede inspirar la confianza absoluta sin miedo a la infidelidad, ni el abandono. Hablar con Dios es desnudarnos sin pudor ni temor al prejuicio, mostrando todas nuestras fragilidades, y en el momento de la pasión, de la cruz en nuestras vidas es dar lugar al total abandono en El.
La pasión y la muerte de Jesús en la cruz nos hace descubrir el sentido hondo y radical de su entrega sin límites al proyecto del Padre, proyecto que principia en la filiación amorosa con el Padre. La pasión por el Padre y su reino no culmina en la cruz. Si fuese así, nosotros estaríamos huérfanos y sin horizonte.
El aparente fracaso de la nueva humanidad y la nueva creación se convierte en vida con la resurrección de Jesús. Después de la resurrección de Jesús su presencia se perpetúa en medio de nosotros: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo” (Mt 28,20).
Si Jesús es el camino al Padre, la vida en plenitud, su verdad aparece en su máximo esplendor en la resurrección. Podemos entender entonces, lo que significa su misión como el mediador definitivo para que el Padre realice su proyecto del reino: la nueva humanidad, la nueva creación, es decir, los cielos nuevos y la tierra nueva.
En la actualidad, la oración nos ayuda a conocer a Jesucristo para más amarle y para más seguirle en la proclamación de la buena noticia del reino del Padre que Jesús mismo inició y que tendrá su realización definitiva al final de los tiempos.
sábado, 30 de octubre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
Discípulos de Cristo
“Y (Jesús) decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” (Lucas 9:23)
¿Alguna vez te has preguntado qué quiso decir Jesús con estas palabras? ¿A qué se refería cuando hablaba de cargar nuestra propia cruz? Si analizamos este versículo podemos observar que la finalidad es seguir al Maestro y el primer paso para ello es querer hacerlo.
Los judíos en el tiempo de Jesús utilizaban la palabra “seguir” (en griego akaloutheo) para referir a los jóvenes que dejando su familia seguían a un rabí (maestro). A ese rabí daban toda devoción y lealtad, el rabí era en cierto modo como un amo, a quien servían y a quien escuchaban con atención. Su mayor deseo era aprender de él e imitarlo fielmente. Los seguidores estaban tan involucrados con su rabí que compartí an todo: tiempo, alimento, alojamiento, incluso el propio destino, sea de pena o de gloria.
Cuando Jesús dijo las palabras de Lucas 9:23, los discípulos ya sabían que su Maestro era el Mesías y cómo terminaría, pues Pedro lo había confirmado y Jesús acababa de anunciarles su muerte.
En estas circunstancias Jesús invita a sus discípulos a renovar su compromiso individual de seguirlo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”
¿Qué significa esto para nosotros hoy? Seguir al maestro implica negarse a sí mismo, dejar de lado el yo, subordinar al Maestro y su causa cualquier tipo de interés personal, incluso los más profundos y ocultos anidados en el interior de nuestro propio inconsciente humano. El tomar la cruz no es un hecho aislado en la vida del discípulo de Cristo, pues el versículo ya lo indica claramente: “Si alguno quiere venir en pos de mí… tome su cruz cada día”.
Este es un desafío cotidiano, que todo cristiano debe enfrentar a diario, cada vez que comienza un nuevo día, sin importar el resultado de la batalla del día anterior deberá alistarse para negarse a sí mismo una vez más.
La negación del yo y la carga de la cruz van de la mano y difícilmente pueden separarse. Lo primero implica un cambio de actitud frente a la vida, y como estamos dispuestos a vivirla (¿para mí mismo o para Cristo?), lo segundo implica pasar a la acción, con la actitud correcta poder llevar a la práctica lo que he decidido en mi corazón. Los cristianos nos quedamos muchas veces en lo primero. Racionalmente negamos el yo, deseamos subordinarlo a Cristo y dejarnos llevar, pero cuando llega el momento de actuar, nos resulta difícil pasar de la comodidad de la teoría de la negación a la acción de cargar la cruz.
Internalizar la negación del yo es todo un proceso que comienza con la conversión de la persona y necesita tiempo de madu ración y puesta en práctica, no es posible de lograr sin la asistencia del Espíritu Santo. El grado de compromiso con la causa y su Maestro se ven claramente reflejadas en cuántas veces a diario, dejamos de lado lo que nos ocupa y dedicamos nuestro tiempo, esfuerzo y energías a cargar una cruz en beneficio de otro y en pos de la causa de aquél que la cargó primero.
Si esto nos pesa, no podemos decir que somos verdaderos discípulos de Cristo. Pues podríamos tal vez con nuestras propias fuerzas y duro empeño “soportar” algún tiempo todo esto de la negación y la carga de la cruz, pero llegará un punto en donde ciertamente dejaremos de seguir al Maestro. Nadie que siga a Cristo por obligación puede ser apto para el reino de Dios.
El verdadero discípulo es aquél que enfrenta con gozo el diario desafío de vivir con y para Cristo, es aquél que tiene convicción de que no hay nada por lo que valga la pena vivir y morir que no sea la causa de su Maestro. A un discípulo así no hay tormenta que lo asuste ni trabajo que lo canse, pues de todas las ofertas que hace el mundo y de todas las causas nobles por las que podría luchar, ha elegido una que trasciende su propia existencia humana y tiene implicancia eterna: la causa de Jesucristo: reconciliar al hombre con Dios.
lunes, 13 de septiembre de 2010
EL VERDADERO REY RECUPERA SU TRONO
La primera bendición y la primera orden del nuevo rey.
Mateo 28:18-20
En la antigüedad, cuando un nuevo rey estaba listo para ascender al trono, la tradición requería una ceremonia de gran pompa y poder. En medio de un esplendor real, el soberano se adelantaba para recibir los símbolos de su autoridad: una corona, un cetro o un trono. El rey anterior ya no estaba. O había sido derrotado, o estaba muerto. El nuevo soberano era ahora elevado a su situal para gobernar desde ese momento en adelante todo el territorio bajo su dominio.
La resurrección y entronización de Jesús.
En este punto, el más alto del Evangelio según Mateo, Jesús el rey ha derrotado finalmente al “príncipe de este mundo”. En la cruz y en la resurrección él ha despojado a Satanás de su poder, y ahora – resplandeciente en su gloria -, les habla a sus seguidores como quien ha sido entronizado por sobre todos los poderes del mundo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.
La primera orden de este nuevo Rey Jesús es la de ir y “hacer discípulos a todas las naciones”, lo que es a su vez la primera bendición del Rey entronizado. Es una bendición que promete compartir su poder, y la responsabilidad de hacer valer el legítimo reinado de Dios sobre la creación. Es también la bendición de su presencia. El sin duda estará con nosotros siempre, “hasta el fin del mundo”.
Los seguidores del Rey Jesús llevan ahora las buenas noticias a todas las naciones, noticias que proclaman que el reino ilegitimo de Satanás llega a su fin, que la victoria de Jesús ya ha sido lograda. Y también las buenas nuevas de que toda la gente de todas las naciones pueden ahora comenzar a obedecer todo lo que él ha mandado.
Preguntas vitales: Haga una lista de las formas en que usted ve o percibe el reinado de Jesús hoy en día. ¿Tiene esto importancia para los que llevan las buenas nuevas a todas a las naciones?
miércoles, 25 de agosto de 2010
YO CREO EN EL HIJO DE DIOS.: ¿DE QUIEN SOMOS HIJOS?
YO CREO EN EL HIJO DE DIOS.: ¿DE QUIEN SOMOS HIJOS?: "Durante un viaje en barco dos jóvenes encontraron a un predicador. Con caras tristes se acercaron a él y le dijeron: –Señor, ¿conoce usted..."
sábado, 21 de agosto de 2010
NO OLVIDES TU IDENTIDAD Y TU DESTINO
No te olvides de tu IDENTIDAD CELESTIAL y de tu DESTINO ETERNO...
La Palabra de Dios te recuerda que NO eres de este mundo...
Pablo cuando le escribe a los filipenses les dice:
Mas nuestra ciudadania esta en los cielos, de donde tambien esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformara el cuerpo de la humillacion nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede tambien sujetar a si mismo todas las cosas.
Filipenses 3:20-21
Las influencias que continuamente te bombardean, te hacen olvidar QUIEN eres en realidad y hacia donde vas; te presentan espejismos que parecen reales, pero que no lo son...
NO, NO LO SON...
Despiertate...
Mucho cuidado con eso...
No te dejes fascinar por lo que perciben tus sentidos porque no tienen consistencia, son nada mas una ilusion temporal...
Recuerda que todo es caduco y efimero, solo Dios permanece...
Vas en transito...
Cada paso, cada minuto de tu existencia, te acerca cada vez mas a tu destino definitivo...
Que no se te pegue el polvo de la tierra...
Levanta tu vista y enfoca tu mirada mas alla de las nubes oscuras que te rodean…
Pon tu mirada en la Palabra de Dios, para que te recuerde siempre quien eres y avances con convicciones firmes hacia la LUZ...
Otra vez Jesus les hablo, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andara en tinieblas, sino que tendra la luz de la vida.
Juan 8:12
jueves, 5 de agosto de 2010
miércoles, 4 de agosto de 2010
SIEMPRE
Este evangelio será predicado en todo en todo el mundo como un testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Como el Padre me ha enviado, así también les envió a ustedes.
Vayan por tanto, y enseñen a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Vayan por todo el mundo y proclamen este evangelio a toda criatura. Los que crean y sean bautizados serán salvos, pero los que no crean se perderán.
Esperen la promesa del Padre, la cual han oído de mi, pues Juan el Bautista bautizo a sus seguidores con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.
Recibirán poder cuando el Espíritu Santo hay venido sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, y en Judea, y en Samaria, y hasta los confines más apartados del mundo.
Enséñeles a seguir todas las cosas que yo les he mandado y recuerden…
Yo estoy con ustedes, aun hasta el fin del mundo.
Jesus de Nazaret
RECETA PARA LA FELICIDAD
Una libra de recuerdos infantiles.
2 tazas de Sonrisas.
2.5 libras de esperanzas.
12 onzas de Ternura.
5 latas de cariño.
40 paquetes de alegría.
1 pizca de locura.
8 tazas de Amor.
5 libras de Paciencia.
MODO DE PREPARACIÓN:
Limpia los recuerdos, quitándoles las partes que estén echadas a perder o que no sirvan. Agrégale una a una las sonrisas, hasta formar una pasta
suave y dulce.
Ahora, añade las esperanzas y permite que repose, hasta que doble el tamaño.
Lava con agua cada uno de los paquetes de Alegría, pártelos en pequeños pedacitos y mèzclalos con todo el cariño que puedas.
Aparte, incorpora la paciencia, la pizca de locura y la ternura cernida.
Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelo con la mezcla anterior.
Hornéalas durante toda tu vida en el horno de tu corazón.
Disfrútalas siempre con toda tu familia y seres queridos.
CONSEJO FINAL:
Puedes agregar a la mezcla anterior dos cucharadas de comprensión y una libra de comunicación para que la receta te dure para siempre. Pero sobre todo, lee siempre el libro de recetas llamada Biblia, del Chef Superior, Dios. Por ti mismo no podrás, con él si lo lograrás.
Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
Mateo 5:3-6
lunes, 2 de agosto de 2010
domingo, 1 de agosto de 2010
UN DÍA QUE VI MI ESTRELLA
Desde niño ya mostraba mis dotes de gran violinista. En ese momento soñaba con alcanzar la fama mundial y ser muy querido por todos. Una vez lo confesé ese sueño a mi maestro y este, con una amable sonrisa, me dijo: “Con el don que tienes, fácil puedes alcanzar la fama. Pero, para ser grande y admirado por todos, tienes que inspirarte. Y tocar con inspiración significa elevar los ojos a un estrella lejana”.
En ese entonces creí que sus palabras significaban que tuviera que poner el alma entera en cada ejecución. Pero unos años después, para mi asombro descubriría que aquellas palabras me iban a enseñar a lograr la inspiración que siempre quise tener.
Recién había concluido la Segunda Guerra Mundial, y acepte una invitación para dar un concierto en Berlín. Para ese entonces ya había alcanzado una gran fama como violinista. Pero como yo tengo raíces judías, ello motivo a que la comunidad judía mundial se sintiera ultrajada y se pusiera unánimemente en mi contra. Aquellas críticas me afectaron profundamente. Estaba a punto de cancelar el concierto. Pero en ese momento me acorde en “poner los ojos a esa estrella lejana”.
Aquella noche en Berlín, la presentarme, le dije al auditorio: “Combatir el odio con el odio es inútil. Tengo la esperanza de que esta noche comenzaremos a entendernos los unos a los otros a través de la música que todos amamos”. Dicho esto, el auditorio se levanto a aplaudirme. Aquella noche toque como nunca.
Gracias a esa experiencia, recién comprendí totalmente las palabras de mi maestro de violín, elevar los ojos a una estrella lejana significaba tener un ideal o un propósito más alto y a la vez tan grandioso como para que fuera la fuente de nuestra inspiración. Ahora si ya había alcanzado mi sueño de niño.
Yehudi Menuhin.
viernes, 30 de julio de 2010
LOS VERDADEROS MILAGROS
Tres personas iban caminando por el bosque. Uno era un sabio con fama de hacer milagros, otro un poderoso terrateniente del lugar y el tercero, que iba detrás de ellos escuchando la conversación, era un joven estudiante, alumno del sabio.
El terrateniente comentó:
-Me han dicho en el pueblo que eres una persona muy poderosa y que eres capaz de hacer milagros.
-Soy una persona vieja y cansada... ¿Cómo crees que yo podría hacer milagros?, respondió el sabio.
-Me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a los ciegos y vuelves cuerdos a los locos. Esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso.
-¡Ah! ¿Te refieres a eso?, dijo el sabio.
-Tú mismo lo has dicho, esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso, no un viejo como yo. Esos milagros los hace Dios, yo sólo le pido a Él que le conceda un favor al enfermo, o al ciego; todo el que tenga la fe suficiente en Dios puede hacer lo mismo.
-Yo quiero tener la misma fe que tú, para poder realizar los milagros que haces. Muéstrame un milagro para poder creer en tu Dios.
-¿Volvió a salir el sol esta mañana? preguntó el sabio.
-¡Claro que sí!, exclamó el poderoso terrateniente.
-Pues ahí tienes el milagro de la luz.
-No, yo quiero ver un verdadero milagro, haz que se oculte el sol, saca agua de una piedra, sana a un animal herido tocándole con tu mano. Algo así quiero ver.
-¿Quieres un verdadero milagro? ¿No es verdad que tu esposa acaba de dar a luz hace algunos días?".
-Sí, fue un varón y es mi primogénito, respondió el terrateniente.
-Ahí tienes el segundo milagro, el milagro de la vida.
-Sabio, tú no me entiendes, quiero ver un verdadero milagro.
-Fíjate bien, estamos en época de cosecha, ¿No hay trigo dónde hace unos meses sólo había tierra?
-Sí, igual que todos los años.
-Pues ahí tienes el tercer milagro.
-Creo que no me he explicado bien, lo que yo quiero... el sabio le interrumpió.
-Te has explicado bien, pero yo ya he hecho todo lo que podía hacer por ti. Si no encontraste lo que buscabas, lamento desilusionarte, pero no puedo hacer más.
El poderoso terrateniente se retiró muy desilusionado por no haber encontrado lo que buscaba.
Cuando el poderoso terrateniente estaba lejos, el sabio se dirigió a la orilla del camino, tomó a un conejo enfermo y herido, sopló sobre él y sus heridas quedaron curadas; el joven estaba algo desconcertado.
El joven dijo: Maestro, te he visto hacer milagros como éste casi todos los días, ¿Por qué te negaste a mostrarle uno al caballero?, ¿Por qué lo haces ahora que no puede verlo?
-Lo que él buscaba no era un milagro, era un espectáculo. Le mostré tres milagros y no pudo apreciarlos. Para ser maestro, primero hay que ser alumno.
“No puedes pedir grandes milagros si no has aprendido a valorar los pequeños milagros que se te muestran día a día. El día que aprendas a reconocer a Dios en todas las pequeñas cosas que ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los que Dios te da todos los días sin que tú se los hayas pedido”
domingo, 18 de julio de 2010
El Espíritu de Dios me Transforma
En él (Jesús, el Hijo de Dios) fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… todo fue creado por medio de él y para él. – Colosenses 1:16.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. – Juan 1:18.
Por medio de sus sentidos e inteligencia, la humanidad percibe su entorno y procura explorar las partes más alejadas del universo. Pero existe una esfera que nuestros sentidos naturales no pueden percibir. Sólo la Biblia nos da a conocer su realidad e importancia. Es el mundo invisible.
Dios es Espíritu (Juan 4:24), es invisible (1 Timoteo 1:17), es Aquel a quien ningún hombre ha visto ni puede ver (1 Timoteo 6:16), el creador de todo, incluso de lo invisible; sólo Él puede darnos la inteligencia para comprender ese mundo.
Los ángeles pueblan el mundo invisible. Son “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1:14). Pero también existen los demonios, “ángeles que no guardaron su dignidad” (Judas 6), cuyo jefe es Satanás. Son “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Los demonios tratan de esclavizar a los hombres.
¡Tengamos cuidado! El ocultismo está en relación con ese mundo. ¿Y qué salida nos queda si hemos participado de él? Acudir a Jesús y suplicarle que nos libre. Jesús es Dios. En la cruz triunfó sobre Satanás y sobre los poderes espirituales de maldad. Sólo los que reciben este mensaje de salvación participan en esta victoria.
sábado, 17 de julio de 2010
Josue 1:9
Un día de otoño de 1894, Guglielmo entró a su habitación en el tercer piso de la casa de sus padres. Había pasado todo el verano leyendo libros y completando cuadernos con diagramas. Ahora continuaba su vigilia, levantándose temprano en la mañana y trabajando hasta altas hora de la noche. Su madre se alarmó cuando su figura se volvió más delgada, sus mejillas se hundieron y sus ojos se veían más cansados.
Pero, un día, anunció que su trabajo estaba terminado. Invitó a su familia al tercer piso de su habitación. Presionó un botón. En el primer piso sonó una campana, ¡Una campana no conectada con cables! Su madre estaba asombrada, pero su padre no. No le veía utilidad a esto de enviar una señal a tan poca distancia.
Guglielmo volvió a su trabajo. Envió una señal de una colina a otra. Luego de una área más lejana de la colina. Su invento parecía perfecto.
Guglielmo Marconi fue reconocido luego como el inventor del telégrafo inalámbrico…. precursor de la radio. Marconi recibió el premio Nobel en física por su esfuerzo y un lugar en el senado de Italia.
La visión y el esfuerzo fueron recompensados. Recordemos esto si trabajamos con mira a nuestros objetivos. Y si nos gusta escuchar la radio mientras trabajamos, a Guglielmo Marconi no le importará.
Hoy Dios nos dice que nos esforcemos para logra cumplir su voluntad, para que otros al final sean bendecidos por ello, sean nuestras familias, nuestros amigos o nuestra nación.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josué 1:9
viernes, 16 de julio de 2010
DEUS TRABALHA EM SILENCIO
- DEUS TRABALHA EM SILENCIO DEUS NUNCA DESISTIU DE VOCÊ!!! ELE ESTÁ TRABALHANDO EM SILÊNCIO CALMA! A TUA VITÓRIA JÁ ESTÁ GARANTIDA, ELE VAI REVERTER TODA A SITUAÇÃO CONTRÁRIA. QUANDO DEUS NÃO MUDA O CORAÇÃO, ELE MUDA AS CIRCUNSTÂNCIAS. ASSIM FOI COM O DURO FARAÓ. EU PROFETIZO A TUA BENÇÃO QUE JÁ ESTÁ CHEGANDO! PISE O CHÃO QUE DEUS TE DEU! PARE COM O DESÂNIMO! EU SEI QUE É DIFÍCIL, MAS PRA QUEM JÁ ESTÁ NA METADE DO VALE, COMPENSARIA VOLTAR ? SE VOCÊ ESTÁ NA METADE, CONTINUE... ..CONTINUE SONHANDO! DEUS ATRASA MUITAS VEZES NOSSOS SONHOS, PORQUE OS SONHOS DELE SÃO MAIORES! ..CREIA NISSO! NENHUM SONHO SEU MORRERÁ! E OS QUE ESTÃO MORTOS RESSUSCITARÃO! DEUS ESTÁ RENOVANDO TUDO EM SUA VIDA ! CORAGEM! O PODER DO ALTÍSSIMO É SOBRE VOCÊ !bjssssssssss
lunes, 12 de julio de 2010
¿COMO SABER QUE ES LA PERSONA INDICADA?
Salmos 27:11a
“Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud…”
Tengo muchos años de escribir temas especiales para noviazgo, así mismo tengo muchos años de experiencia en el Ministerio Juvenil que me han dado pautas como para saber guiarme en temas específicos y si a esto le sumamos mi propia experiencias puedo concluir que se muy bien de lo que hablo, porque en la mayoría de veces me ha tocado vivirlo.
El tema del Noviazgo siempre es un tema muy atractivo y que encierra una gran cantidad de preguntas, no alcanzaría una conferencia de 5 horas para aclarar las diferentes dudas que los jóvenes y no tan jóvenes pueden tener. A diario recibo comentarios y correos de personas pidiendo consejos acerca del noviazgo, me atrevería a decir que un ochenta por ciento de los correos que piden consejeria se tratan de noviazgo. Es difícil dar una respuesta exacta, pues el noviazgo no se rige por un patrón en si, sino que Dios tiene muchas formas de actuar, pero sin salirse de los parámetros espirituales hacia los carnales.
Este día quiero hablar sobre la pregunta que TODOS en algún momento de nuestra vida nos hemos hecho o los que todavía no, se la harán tarde o temprano, la pregunta es:
¿Cómo se si es el indicado o la indicada?
Muchos de los que hacen esta pregunta quisieran que una voz del cielo se dejara oír y en el estruendo se escuchara: “Si es el” o “Si es ella”, pero eso JAMÁS ocurrirá, lo mas seguro es que si esperas esa voz que viene del cielo te quedaras a forrar Biblias por toda la eternidad.
Mira, vamos hablar como en mi país se dice: “Claro y Pelado”, te voy a dar por lo menos 4 aspectos que debes evaluar para saber si esa persona es la indicada para ti:
1. Su visión de vida es similar o por lo menos compatible a la tuya: Antes que nada si eres un hijo de Dios lo mejor seria que la persona con la que quieres formar un noviazgo comparta tus creencias, es decir que también sea cristiano, eso ayudara a poder evaluar de mejor forma esa futura relación. Digo esto porque la mayoría entablan noviazgos con personas que no tienen el temor de Dios como ellos lo tienen, esperando que “algún día cambiara” o “yo lo haré cambiar”, es mejor que por su propia cuenta busquen a Dios y no que por amor a ti vayan a la Iglesia sin tener una verdadera relación personal con Cristo.
Cuando hablo de una visión de vida similar me refiero a que vayan por el mismo rumbo, es decir: si tú eres una persona que te encanta servir al Señor, espero que busque a alguien que por lo menos apoye tu sentir. El problema de muchos es que les ganan las emociones se hacen novios y luego se dan cuenta que no piensan igual, que no tienen las mismas metas, que su vocación al servicio es totalmente diferente, etc.
Lo mejor seria platicara con esa persona, ver que cosas le gusta, saber que le gustaría hacer dentro de algunos años, ¿Que piensa sobre el servicio a Dios?, conocer toda su visión de vida para que tú seas conciente de eso y evalúes. Hay muchas relaciones amorosas rotas porque en algún momento alguien le dijo: “si te apoyare”, pero a las horas de las horas salen con la excusa de: “yo no siento el llamado de Dios, Dios te llamo a ti no a mi”. Evítate decepciones y conoce bien a esa persona antes de tomar una decisión tan importante como lo es el noviazgo.
Ahora bien, si su visión de vida es casi similar o por lo menos compatible, eso será una muy buena señal de que esa persona puede ser un firme candidato o una firme candidata a optar por ese lugar especial en tu corazón y en tu vida.
2. ¿Te vez con esa persona formando una familia y siendo feliz en un futuro?: Otra cosa a tener en cuenta a la hora de saber elegir es ponerte a pensar si te vez con esa persona a futuro, es decir: ¿Te vez con esa persona, entablando una familia, teniendo hijos, y haciéndose viejitos? Si lo tuyo es nada mas una emoción, tus planes no serán a futuro, entonces frente a eso es mejor no tomar ninguna decisión, ya que podrías dañar el corazón de la otra persona, porque quizá ese persona si se veía contigo a futuro.
Ahora bien, si tu te vez con esa personas a futuro, formando una familia, teniendo hijos, un lindo hogar y envejeciendo juntos, y la otra persona también se ve contigo, es una buena señal de que las cosas van por buen camino.
3. Existirá un Verdadero Amor: Hay algo mas que importante para saber si esa persona es la indicada o simplemente es una emoción pasajera mía, y esto es: “El Verdadero Amor que Exista”.
¡Ojo!, cuando me refiero a verdadero amor no es solo palabras bonitas, porque alguien puede decirte miles y miles de palabras bonitas y endulzar tu oído, pero eso no quiere decir que realmente te ame, las palabras salen de la boca y el viento se las lleva para donde el quiere, pero lo que cuenta son aquellos detalles que sin la necesidad de decir cosas lindas hacen que tu corazón se sienta estremecido de amor y que tu estomago sienta una cantidad inmensas de maripositas.
Ama al Amigo
Cierto viejo solitario, vivía en las profundidades de las montañas de Colorado. Cuando murió, sus parientes lejanos vinieron de la ciudad para llevarse sus cosas de valor. Luego de llegar, todo lo que ellos vieron fue una vieja choza con un retrete adosado a ésta. Dentro de la choza, cerca de la chimenea de piedra, había una vieja cacerola y su equipo de minería. Una mesa llena de grietas con una silla de tres patas montaban guardia junto a una delgada ventana, y una lámpara de kerosene servía como centro de mesa. En un rincón oscuro había un desmoronado catre con una gastada bolsa de dormir sobre él.
Ellos recogieron algunas de las viejas reliquias y se dispusieron a partir. Mientras se iban, un viejo amigo del solitario, sobre su mula, les hizo señas que parasen. "¿Les importaría si yo saco algo de lo que ha quedado en la cabaña de mi amigo?", preguntó. "Vaya tranquilo", le contestaron. Después de todo, pensaron, ¿qué puede haber de valor dentro de la choza?
El viejo amigo entró a la choza y caminó directamente hacia la mesa. Estiró el brazo debajo de ella y levantó una de las tablas del piso. Luego procedió a sacar todo el oro que su amigo había encontrado en los últimos 53 años, suficiente como para que se hubiese construido un palacio. El solitario murió con un sólo amigo que lo sabía. Mientras el amigo miraba por la pequeña ventana observando la nube de polvo, detrás de la cual desaparecería el coche de los parientes, dijo: "Deberían haberlo conocido mejor".
Proverbios 17:17
En todo tiempo ama al amigo y es como un hermano en tiempos de angustia
sábado, 3 de julio de 2010
MI PADRE
Brennan Manning cuenta la historia de un hombre llamado Ed Farell, que viajó desde su hogar en Detroit para pasar dos semanas de vacaciones en Irlanda, a fin de celebrar los ochenta años de su tío. Al amanecer el gran día, Ed y su tío se levantaron temprano para ver salir el sol.
Caminaron por la orilla del lago Killarney, encantados con la hierba de color verde esmeralda y las cristalinas y azules aguas. Durante veinte minutos contemplaron juntos la escena en silencio.
Entonces, el tío comenzó a hacer algo poco típico en un hombre de ochenta años: Comenzó a brincar por la orilla del lago sonriendo como un escolar enamorado. Ed iba jadeando mientras trataba de alcanzarlo.
-Tío Seamus, te ves muy feliz. ¿Me quieres decir por qué? -Sí -Le dijo el anciano, mientras le rodaban las lágrimas por las mejillas-.
Verás: el Padre me quiere mucho. Ah, mi Padre me quiere muchísimo.
Así sucede en nuestra vida:
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